Los Pumas: el coronavirus complican la preparación para el Rugby Championship

Los Pumas: el coronavirus complican la preparación para el Rugby Championship

La problemática preparación de los Pumas con miras al Rugby Championship sufrió ayer un duro golpe al conocerse ocho nuevos casos positivos de Covid-19, lo que obligó a desarticular la burbuja sanitaria que habían armado en Ingeniero Maschwitz. Esta situación complica todavía más la ya de por sí ajustada aclimatación del seleccionado argentino para el certamen que, según se confirmó anoche, se jugará en Australia.

Los Pumas comenzaron a entrenarse el viernes pasado bajo el paraguas de una burbuja sanitaria en el predio que le cedieron a la UAR en Ingeniero Maschwitz y se alojaba en el hotel Howard Johnson de esa localidad. No obstante, ante la aparición de nuevos casos en los análisis realizados ayer, debieron interrumpirla.

La UAR informó que los jugadores Felipe Ezcurra, Matías Moroni, Tomás Cubelli, Matías Orlando y Mateo Carreras y los entrenadores Mario Ledesma, Nicolás Fernández Miranda y Juan Martín Fernández Lobbe resultaron positivos y debieron ser aislados. Esto forzó, además, a que el resto de los integrantes del plantel, por ser contactos estrechos, debieran asimismo abandonar la concentración y realizar aislamiento preventivo en sus casas.

Afortunadamente, todos los casos son asintomáticos y se encuentran en buen estado de salud, según aclaró el comunicado. Pero más allá de la prioritaria salud de los jugadores, esta situación pone a los Pumas en un verdadero aprieto. Ya de por sí el comienzo de los entrenamientos fue con lo justo para llegar en buena condición física al 7 de noviembre, fecha estimada para el inicio del Rugby Championship, y ahora ven esa preparación interrumpida, lo que implicará indefectiblemente un retroceso. La burbuja sanitaria, además, les había permitido comenzar a entrenarse sin distanciamiento, algo indispensable en un deporte de contacto como el rugby. Esto sin contar la desventaja que implica que neocelandeses y australianos están en plena competencia de alta intensidad desde junio y julio, respectivamente.

Ahora no sólo los infectados pierden valiosos días de entrenamiento sino que también los demás, por ser contactos estrechos, deben permanecer aislados un tiempo prudencial que la UAR no informó.

Los Pumas comenzaron con los entrenamientos el 13 de agosto con 45 jugadores, primeramente con ejercicios físicos, sin contacto y con testeos regulares, según establecía el protocolo. Desde entonces se contagiaron 17 jugadores. Javier Ortega Desio, que nunca llegó a entrenarse, fue el primero. Luego saltaron Tomás Lezana, Santiago Carreras, Santiago Chocobares, José Luis González y Federico Wegrzyn, además del manager Marcelo Loffreda y el preparador físico Martín Mackey, quienes ya se habían recuperado y se estaban entrenando con el equipo. El viernes, cuando comenzó la burbuja, se sumaron Juan Cruz Mallía, Emiliano Boffelli, Bautista Delguy, Rodrigo Fernández Criado, Bautista Pedemonte y Lucas Bur, que permanecían al margen.

De todas formas, el lunes retomarán los entrenamientos bajo el protocolo de medidas de higiene y distanciamiento aquellos que ya se recuperaron y tienen el alta epidemiológica y cardiológica más un grupo de jugadores que había quedado al margen de la burbuja, que había quedado reducida a 39 jugadores, mientras que otro grupo realizará actividades físicas en su propia casa.

Mientras tanto, la Sanzaar confirmó  a Australia como sede del Rugby Championship, que se jugará en seis semanas consecutivas entre el 7 de noviembre y el 12 de diciembre. La posibilidad de Nueva Zelanda, que parecía segura, entró en una nebulosa ante un rebrote de Covid que puso a las autoridades a la defensiva.

Así fue que apareció Australia como alternativa, con Sydney y Brisbane como posibles sedes. Un país con más contagios, pero también con mejores condiciones para hacer una burbuja sanitaria en la que los seleccionados visitantes puedan entrenarse y hacer cuarentena al mismo tiempo. También entraron a jugar cuestiones de sponsoreo y televisación, según declaró la propia Primer Ministro de Nueva Zelanda, Jacinda Ardern.

Fuente: La Nación

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