Desde Francia, el rugbier mendocino Axel Müller dialogó en con el programa Argentina También Juega, por la radio Aurora 91.3 sobre su presente en el deporte, el sueño olímpico y el deseo de volver en algún momento al rugby de Mendoza.
“Estoy entusiasmado acá en Francia. El rugby se vive a pleno, más que en Argentina. Todos los días es un desafío. Uno de los cambios rotundos en mí es la alimentación”, sostuvo.
Sobre esto, el ex jugador de Marista, agrego: ” Mucho se debe a mi novia ( Sanne Van Olphen, jugadora de balonmano del seleccionado de Holanda), fue ella la que me llevo a empezar a comer bien, esto me ayudo mucho a mi físico y sobre todo evitar lesiones.
“Viví en Estados Unidos mucho tiempo, hice muchos deportes ahí, como Fútbol Americano, lo que me sirvió para jugar en Argentina al rugby. El Juego Olímpico es el sueño máximo, yo venía con esa mentalidad desde EE.UU, acá se piensa más en el Mundial”, afirmó.
“Cuando estuve en los Juegos Olímpicos en Río, fue lo máximo. Era lo que siempre soñé, para un deportista vestir la camiseta en un evento como esto, es como tocar el cielo con las manos”.
“De a poco voy cumpliendo mis objetivos y mientras tanto voy disfrutando. Soy un agradecido. Marista me enseñó a disfrutar los momentos con menos presión. Ahí tenés amigos, no compañeros. Ojalá pueda devolverle al club algún día lo que me dio“, contó.
“Siempre que voy a Mendoza intento ir a Marista y ayudar a los más chicos con lo que pueda. Mi idea en mi carrera es seguir más tiempo acá en Europa. Pero no descarto volver a Argentina al final de la carrera “, sentenció.
Hace cinco años que Axel Müller juega en Francia, su primera experiencia en el Top 14, fue con el conjunto de Toulon, y actualmente viste la camiseta del CA Brive,
“Es una de las mejores ligas del mundo, acá todos los fines de semana te enfrentas con los mejores jugadoras. Yo trato de seguir trabajando para poder ayudar a mi equipo”, comentó Axel.
-¿ Seguís teniendo esperanza de volver a vestir la camiseta de Los Pumas?
– Eso nunca se pierde, yo trabajo día a día, para que me llegue la convocatoria. Qué jugador no le gusta vestir la camiseta de su país. No pierdo la esperanza que me llamen nuevamente.
