Gonzalo Bertranou se encuentra en Mendoza a la espera de que el rugby regrese en nuestro país: “No gasto energía en lo que no puedo manejar, porque esto no me pasa solo a mí. Mi día a día no ha cambiado tanto. Teníamos días de doble turno y a la tarde volvíamos al departamento. Ahora mantengo ese ritmo. No ha cambiado mucho. Los que somos del interior, cada uno se fue a su provincia. Los dos que vivían en CABA se mudaron con familiares en las afueras. Ahora que pueden salir a correr están mejor”, explicó en el programa Argentina También Juega, por Radio Aurora 91.3.
Jaguares está en un compás de espera. La temporada 2020 se dio por perdida y no se sabe qué ocurrirá el próximo año: “Se está hablando entre la UAR y Sanzaar para ver qué es lo mejor para el rugby argentino. Es una lástima porque fue un camino muy duro que se disfrutó muchísimo y tenemos la incertidumbre. No te puedo decir porque nadie lo sabe. Te miento si te digo. Se luchó mucho. Tuve la suerte de arrancar la primera temporada y te aseguro que es el mejor torneo del mundo” manifestó el mendocino.
El jugador lamentó la partida del head coach, Gonzalo Quesada: “Es un profesional tremendo estaba en cada detalle, humanamente increíble, con una excelente relación con los jugadores, estaba en todos los detalles, desde el pasto de la cancha hasta la cantidad de pelotas para un entrenamiento. Lo único que teníamos que hacer era concentrarnos en jugar porque él tenía todo controlado”.
El jugador formado en Los Tordos, sorprendió al revelar que se encuentra en perfecto estado físico: “Con mucha disciplina. La motivación es difícil encontrarla cuando no sabés cuando vas a volver a jugar. La idea es levantarse todos los días y entrenar para que cuando esto pase, estar listo para jugar. Cuando estás en competencia no le das mucha bola a la parte física. No he perdido mucha masa muscular. Entrené doble turno en mi casa y le presté mucha importancia al tema alimentación”, explicó.
También confesó que es extraño volver a vivir con su familia: “Cinco años viviendo solo y ahora me volví a vivir con mi familia. Es raro, con roces cotidianos porque estás todo el tiempo viéndote la cara y en algún momento explotás. Si hubiera seguido en Buenos Aires solo, terminaba en cana o me mataba. Pero ahora estoy bien porque puedo volver al club. Con mi familia hablo de boludeces. Saben que no me gusta hablar de rugby. Si hay algo que contarles algo se los cuento, pero no me preguntan ni opinan”.
Muchos dicen que lo mejor es irse a jugar afuera, ¿qué opinás?
“El que dice eso nunca jugó. No saben lo que es representar a tu país. Es lo mas grande que hay, lo más lindo que me ha pasado es jugar con Los Pumas. El rugby no maneja los números del fútbol. No te hacés megamillonario si te vas afuera. No ganás lo que gana Messi. Escuchar el himno con la camiseta de Los Pumas es impagable. Además, el torneo que yo quiero jugar es el torneo del súper rugby. No me voy a ir para jugar otro torneo”.
¿Qué te falta por mejorar?
“Soy muy crítico. Te diría que tengo que mejorar todo. Este año jugué poco pero al año pasado jugábamos a patear largo y entregar la pelota porque la defensa era buena. Un aspecto que estamos mejorando y laburamos muchísimo. Ser tan crítico me pesa pero tampoco es fácil. Vas a entrenar y querés ya los resultados. No siempre más es mejor. Hay que sacar el pie del acelerador, descansar, darle tiempo al cuerpo. Soy medio manija con eso. Me encanta lo que hago y es un desafío todos los días”.